Muy buenos días, amigos de Cuisíname, volvemos a la carga con una nueva y original receta de cocina. Vamos a preparar hoy unos peculiares panecillos con un sensacional relleno. Hoy os mostramos como elaborar un pan casero con ingredientes tan apetitosos como el ajo, el perejil, queso y olivas negras.
A continuación, os mostramos ya nuestro adelanto de la receta de cocina del día, un pan casero de lo más original. Deseamos que os guste tanto o más que a nosotros.
Curiosidades Gastronómicas... ¡Cómo nos gusta el pan! Sí, amigos, somos paneros y el pan 🥖🥖 está siempre presente en nuestra dieta, pero con la receta de hoy queremos mostraros un forma original de preparar un delicioso pan casero.
El pan es el resultado de hornear una masa que generalmente contiene levaduras, lo que hace fermentar la masa y que esta adquiera volumen y esponjosidad. Pero, ¿cuál es el origen del pan? Hay quien afirma que el origen del pan está en Asia Central, de ahí habría cruzado al Mediterráneo a través de Mesopotamia y Egipto.
En cualquier caso, muchos historiadores apuntan a Egipto como el lugar de origen del pan fermentado. Y ello, amigos, parece haberse debido nada más y nada menos que a la casualidad y al descuido, cuando un panadero olvidó una masa de harina, agua y salvado durante tiempo suficiente para que esta fermentara. Sin embargo y a pesar de lo fascinante de esta historia, existe otra leyenda que atribuye el origen del pan de nuevo a la casualidad. Nos remontamos de nuevo al Antiguo Egipto 🇪🇬🇪🇬 cuando un buen día el río Nilo experimentó una enorme crecida que no hizo sino inundar los campos de trigo. Pasadas unas horas, los egipcios pudieron observar como el trigo se había transformado en una masa desconocida para ellos. Se les ocurrió introducir esa masa en el horno y el resultado fue algo similar a lo que hoy en día conocemos como pan. Los egipcios fueron evolucionando en la elaboración del pan e hicieron de ello un auténtico arte. En la siguiente imagen podéis ver unas escenas de elaboración de pan en la Tumba de Ramsés III.
